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El repunte de la industria colombiana
Recientemente, la economía colombiana ha mostrado un buen nivel de crecimiento y ha confirmado que salió bien librada de la crisis mundial del 2008–2009.
Sin embargo, el deterioro de la situación externa se ha convertido en una amenaza para el favorable desempeño de las economías emergentes.
Bajo las positivas condiciones internacionales para los precios del petróleo, el auge minero-energético en el país ha permitido un mayor crecimiento del PIB. No obstante, los temores de enfermedad holandesa, la implementación del TLC con EE. UU. y los potenciales efectos adversos de la desaceleración de economías desarrolladas sobre la demanda mundial y los ingresos del país por exportaciones de petróleo, deben generar mayor atención sobre el estado actual de la industria local.
Durante los últimos dos años, la industria colombiana logró recuperar buena parte del sobresaliente ritmo de producción que registraba justo antes de la crisis del 2008-2009.
En agosto, el Índice de Producción Industrial del Dane (IPI) se ubicó en el nivel más alto desde noviembre del 2007, cuando se registró el máximo histórico del índice. En el periodo de auge económico 2006-2007, la industria fue una de las actividades que más aportó al crecimiento del PIB, superando a sectores como comercio y construcción.
Actualmente, el aporte de la industria al crecimiento económico ha sido positivo, pero muy inferior al observado previo a la crisis.
De esta forma, entre marzo del 2010 y agosto del 2011 (periodo de mayor crecimiento industrial en los últimos dos años), la producción manufacturera aumentó en promedio 5,1 por ciento a/a (real), destacándose el alza de 9,5 por ciento en agosto, el mayor desde abril del 2008, cifra que sorprende por dos razones. En primer lugar, desde noviembre del 2009, cuando el IPI empezó a crecer, la recuperación de la industria no era del todo sólida al compararla con la dinámica del sector terciario (en particular, la del comercio) y, por el contrario, desde el 4T10 mostraba señales de desaceleración.
En agosto, por primera vez en 16 meses, la industria y el comercio crecieron a tasas similares y elevadas.
Segundo, la recuperación industrial ha sido desbalanceada, explicada principalmente por bienes de capital. Recientemente, el crecimiento de la producción de estos bienes se ha moderado, mientras que otro tipo de bienes muestran un repunte importante.
los bienes de capital
La inversión ha sido fundamental para el buen desempeño de la producción de bienes de capital, así como para las importaciones de este tipo de bienes. Aunque bienes de capital representan menos del 13 por ciento de la producción industrial, han aportado 1,6 p.p. al crecimiento promedio de 5,1 por ciento a/a que registró la industria desde marzo del 2010 (explicando más del 30 por ciento del crecimiento).
Este aporte es muy superior al de 0,8 p.p. de los bienes de consumo, a pesar de representar casi el 40 por ciento de la producción del sector.
A su vez, la positiva dinámica de bienes de capital es explicada por equipo de transporte (vehículos automotores y sus motores; carrocerías; partes, piezas y accesorios.
Excluye producción (ensamble) de vehículos particulares, clasificados como bienes de consumo duradero). Desde marzo del 2010, la producción de bienes de capital aumentó, en promedio, 15,2 por ciento a/a, mientras que equipo de transporte creció 31,3 por ciento, aportando aproximadamente 9,8 p.p. al crecimiento de bienes de capital.
Sin embargo, entre abril y julio del 2011 se observó una desaceleración en ‘vehículos automotores, remolques y semirremolques’, que están repartidos entre equipo de transporte (bienes de capital) y vehículos particulares (bienes de consumo duradero), que se transmitió a la producción industrial total y explica en gran medida el menor crecimiento del 2011.
Esta desaceleración parece haberse revertido en agosto. Sin embargo, el impulso al sector en este caso no fue de bienes de capital solamente, sino también de materias primas (combustibles, productos mineros), bienes asociados a la construcción (productos minerales no metálicos, productos de metal) y bienes de consumo (alimentos, bebidas, ingenios, refinerías de azúcar y trapiches). Esto sugiere un crecimiento industrial más balanceado en los próximos meses.
Un factor positivo de la preponderancia de bienes de capital en la industria era que, junto al alto crecimiento de las importaciones de estos bienes, estaba alimentando un muy buen ritmo de la inversión (formación bruta de capital). Esto generó un aumento en la tasa de inversión (inversión/PIB), que ha permitido un crecimiento económico cercano a 5 por ciento sin generar presiones inflacionarias derivadas de la demanda. Ahora, componentes distintos a bienes de capital, en especial consumo, estarían aumentando el protagonismo dentro de la industria.
De confirmarse este repunte en los próximos meses, sería un factor a favor de alzas en la tasa de interés del Banco de la República, respaldando nuestro argumento de que la economía está cada vez más balanceada, la brecha del producto prácticamente cerrada, y ya no se requiere un nivel de tasa de interés expansiva como el actual.
De esta forma, bienes distintos a los de capital ganaron participación en la producción industrial, e incluso el componente de bienes de capital se ha desacelerado en el 2011 (en parte, por el alto crecimiento reciente). El repunte de agosto puede ser transitorio, pero muestra que sectores rezagados han recuperado terreno.
Parte de la reactivación de los últimos dos años está explicada por el auge minero (asociado al buen desempeño en producción de equipo de transporte dentro de bienes de capital), lo que aumenta la vulnerabilidad de la economía local frente a la volatilidad de precios del petróleo, dado el reciente deterioro externo. Sin embargo, el repunte de agosto reduciría parcialmente dicha vulnerabilidad.